Huella de carbono

La reducción y mitigación de las fuentes de gases de efecto invernadero originadas por las actividades humanas y la adaptación a los impactos del cambio climático son los grandes desafíos actuales en materia ambiental.

En Green Direction Global, creemos que la huella de carbono desempeña un papel fundamental al permitir la armonización del crecimiento económico con la preservación del medio ambiente. Esta herramienta posibilita que los países progresen minimizando su impacto ambiental, lo que resulta vital en la actualidad.

La huella de carbono es un indicador de impacto ambiental que expresa, en toneladas de CO2 equivalente, la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos en un año, de forma directa o indirecta, por un individuo, evento, producto u organización.

Lograr la neutralidad de carbono implica alcanzar un balance neto de cero emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), es decir, que las emisiones liberadas a la atmósfera sean iguales a las absorbidas.

Las emisiones directas de GEI son aquellas provenientes de fuentes que son propiedad o están bajo el control del ente que reporta, como la combustión de los rodados de propiedad de una empresa que reporta su huella de carbono. Por otro lado, las emisiones indirectas son resultado de las operaciones del ente que reporta, pero las fuentes son propiedad o están bajo control de otro ente, como el consumo de energía eléctrica o la reposición de gases refrigerantes de los equipos de refrigeración de una empresa.

El resultado del análisis de la huella de carbono es un indicador ambiental global que puede calcularse a nivel de individuo, evento, producto u organización. Se utiliza la tonelada de dióxido de carbono (CO2) equivalente como unidad de medida para las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ya que el CO2 es el gas de efecto invernadero más abundante. Una tonelada de CO2e expresa el Potencial de Calentamiento Global (PCG) de cada GEI en comparación con el PCG del CO2, que se estableció como valor de referencia igual a 1 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

Determinar la huella de carbono de una organización ofrece una serie de beneficios que van más allá de la mera medición de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Estos beneficios incluyen:

Identificación de oportunidades de mejoras: El proceso de medición de la huella de carbono permite identificar áreas específicas donde la organización puede reducir sus emisiones de GEI y mejorar su eficiencia energética. Esto puede conducir a la implementación de medidas que no solo reducen la huella de carbono, sino que también generan ahorros significativos en costos operativos.

Reducción de costos: Al identificar y abordar las fuentes de emisiones de GEI, las organizaciones pueden reducir su consumo de energía y, por lo tanto, sus costos asociados, especialmente en áreas como calefacción, climatización e iluminación. Esto no solo beneficia el balance final de la organización, sino que también la hace más competitiva en un mercado que valora cada vez más la sostenibilidad.

Participación en proyectos de absorción y compensación de carbono: Con una huella de carbono determinada y fundamentada, las organizaciones pueden participar en proyectos de absorción y compensación de dióxido de carbono. Estos proyectos pueden incluir la reforestación, la conservación de bosques o la implementación de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, lo que no solo ayuda a neutralizar las emisiones de la organización, sino que también contribuye a la protección del medio ambiente a nivel global.

Atracción de inversores comprometidos con el medio ambiente: Cada vez más, los inversores están prestando atención a las prácticas de sostenibilidad de las organizaciones antes de tomar decisiones de inversión. Determinar y reducir la huella de carbono puede ayudar a atraer a estos inversores comprometidos con el medio ambiente, lo que puede tener un impacto positivo en la reputación y la credibilidad de la organización en el mercado financiero.

Mejora del posicionamiento corporativo: Por último, pero no menos importante, la medición y reducción de la huella de carbono puede mejorar significativamente el posicionamiento corporativo de una organización en el mercado. Ser percibido como una empresa responsable y comprometida con la sostenibilidad puede aumentar la lealtad de los clientes, mejorar las relaciones con los empleados y crear una ventaja competitiva en un mercado cada vez más consciente del medio ambiente.

La huella de carbono tiene distintas utilidades: 1) calcular la cantidad de emisiones de GEI que se liberan a la atmósfera como consecuencia del desarrollo de una actividad, 2) identificar todas las fuentes de emisiones que contribuyen al incremento de emisiones GEI, y 3) diseñar e implementar planes de disminución de emisiones (planes de mejora).

Cero emisión CO2
Cero emisión CO2
Carbono neutral
Carbono neutral
Green Direction Global
Green Direction Global

Entre las normas y metodologías internacionales que existen para cuantificar y gestionar la huella de carbono se encuentran:

GHG Protocol (Greenhouse Gas Protocol)

El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero, publicado en 2001, fue la primera iniciativa para la contabilización de emisiones. Es una herramienta para la contabilidad y el reporte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en proyectos de mitigación del cambio climático.

Desarrollado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), este protocolo establece conceptos, principios y métodos específicos para cuantificar y reportar las reducciones de GEI en proyectos de mitigación del cambio climático.

Los objetivos del protocolo son: 1) ofrecer un enfoque creíble y transparente para cuantificar y reportar las reducciones de GEI en proyectos específicos; 2) mejorar la credibilidad de la contabilidad en este ámbito mediante la aplicación de principios comunes, procedimientos y conceptos; y 3) ser una plataforma para la armonización entre diferentes iniciativas y programas de GEI basados en proyectos.

Para alcanzar estos objetivos, el protocolo establece requisitos para la medición y reporte de las reducciones de GEI, así como orientación y principios para cumplir con estos requisitos.

El GHG Protocol establece una clasificación de las emisiones de GEI conocida como “Alcance”', que incluye tres alcances:

Alcance 1: Emisiones directas de GEI, que son aquellas emitidas directamente por una fuente bajo el control de la organización, como la combustión de combustibles fósiles en las instalaciones de propiedad de la empresa.

Alcance 2: Emisiones indirectas de GEI por energía, que son aquellas asociadas con la generación de electricidad, calefacción o refrigeración que una organización compra y consume.

Alcance 3: Otras emisiones indirectas de GEI, que incluyen emisiones indirectas relacionadas con las actividades de la organización pero que ocurren en fuentes que no están bajo su control directo, como las emisiones generadas por la producción de bienes comprados por la organización.

ISO 14064 (2019, vigente desde enero de 2022)

Esta norma internacional establece los principios, conceptos y métodos para la contabilidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y cálculo de la huella de carbono.

El objetivo principal de la norma es aportar veracidad, transparencia y credibilidad a los informes de emisiones de GEI, proporcionando un marco estandarizado para la determinación de inventarios de GEI. La norma no es certificable pero sí verificable por un organismo acreditado e independiente.

La norma consta de tres partes:

ISO 14064-1: Especifica los principios y requisitos para la cuantificación y elaboración de informes de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel organización.

ISO  14064-2: Especifica los principios y requisitos para la cuantificación y elaboración de informes sobre la reducción de GEI a nivel proyecto.

ISO  14064-3: Especifica los principios y requisitos para la validación y verificación de declaraciones sobre GEI.

GRI 305: Emisiones 2016:

Desarrollado por la Junta de Normas de Sostenibilidad Global (GSSB), este estándar forma parte de los Estándares de la Iniciativa de Reporte Global (GRI), que permiten a las organizaciones informar los impactos de sus decisiones y acciones en la economía, el medio ambiente y las personas.

Estos estándares se estructuran en tres series relacionadas entre ellas: los Estándares Universales GRI, los Estándares Sectoriales GRI y los Estándares Temáticos GRI.

Los Estándares Universales GRI establecen los principios y requisitos básicos para la elaboración de informes de sostenibilidad, aplicables a todas las organizaciones.

Por su parte, los Estándares Sectoriales GRI se enfocan en sectores específicos, proporcionando directrices adicionales y métricas relevantes para cada sector.

Finalmente, los Estándares Temáticos GRI abordan aspectos específicos de sostenibilidad, como el cambio climático y la gestión del agua, entre otros.

El estándar GRI 305 establece los requisitos y recomendaciones para la presentación de información sobre los impactos de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y otros contaminantes atmosféricos relevantes, como las sustancias que agotan la capa de ozono (SAO), óxidos de azufre (SOX) y óxidos de nitrógeno (NOX), así como la forma en que las organizaciones gestionan esos impactos. La estructura del estándar se divide en dos secciones principales:

La sección 1 contiene requisitos que brindan información sobre cómo una organización gestiona sus impactos relacionados con las emisiones.

La sección 2 brinda información detallada sobre los impactos relacionados con las emisiones de la organización.

En conjunto, estos estándares proporcionan un marco sólido y coherente para que las organizaciones informen de manera transparente sobre sus actividades y su desempeño en materia de sostenibilidad, lo que contribuye a una mayor confianza y credibilidad en sus decisiones y acciones.